Recién llegados de Postdam, cambiamos el barroco por la arquitectura vanguardista y nos preparamos para ir a cenar a la Postdamer Platz y, a continuación, viviremos (algunas, quizá, dormiremos) la noche berlinesa en una discoteca de moda. Las duchas están a pleno rendimiento y el ruido de los secadores de pelo suena en toda la planta. El día, que comenzó triste y lluvioso, ha remontado y al final salió el sol. Os mandamos besos y recuerdos en forma de corazón. Nos vamos.
domingo, 28 de marzo de 2010
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